Fisioterapia en la rotura de menisco


Los meniscos son unos fibrocartílagos que se encuentran en la articulación de la rodilla, entre el fémur y la tibia. Hay dos meniscos en cada rodilla: el interno y el externo.

Se encargan de mejorar la congruencia articular, es decir, favorecer el encaje entre fémur y tibia, y de repartir las fuerzas que soporta esta articulación. Además, favorecen que la rodilla sea más estable, facilitan el movimiento y participan en la estabilidad de la articulación.




Causas de una rotura y sus tipos

La rotura de menisco es una de las lesiones más frecuentes en la articulación de la rodilla y se puede producir por diversas causas:
  • Traumática: causada por un impacto, ya sea directo o indirecto.
  • Degenerativa: a causa del deterioro progresivo con los años.
  • Mecánica: debida a malas posturas, y en consecuencia un mal funcionamiento.
En numerosas ocasiones las roturas meniscales se producen en gente joven, realizando deporte (futbol, esquí…). El movimiento que produce el daño en el menisco suele ser un movimiento brusco de rotación con la pierna apoyada en el suelo o un movimiento de flexión excesivo.
Las roturas de menisco no son todas iguales. Por eso se clasifican en diferentes tipos, según sean completas o incompletas y según la zona del menisco que se haya roto:

Síntomas de una rotura de menisco

Como hemos visto anteriormente, sabemos que hay distintas causas y tipos de rotura, por lo tanto los síntomas serán muy variables. Incluso dos personas que aparentemente presentan la misma lesión, pueden tener síntomas distintos. Aun así, entre los síntomas más frecuentes encontramos:
  • Chasquido y dolor en la zona meniscal, en el momento que se produce la lesión.
  • Inflamación de la rodilla, puede ser muy importante o escasa.
  • Bloqueo de la articulación.
  • Dolor al realizar los movimientos de flexión y extensión, sobretodo en el rango final del movimiento.
  • Dificultad para moverse después de permanecer sentado durante un tiempo prolongado.
El dolor en muchas ocasiones es difícil de definir en una zona, aunque puede ocurrir que se note con mayor intensidad en la cara interna o externa de la rodilla, dependiendo del menisco lesionado. También, se pueden percibir pinchazos y fallos en la estabilidad de la rodilla.

Tratamiento fisioterapéutico
Hay dos opciones de tratamiento, una quirúrgica y la otra conservadora. En ambas opciones la Fisioterapia será una parte primordial, ya que después de la cirugía también se deberá realizar una rehabilitación.
Posteriormente a una rotura de menisco se debe:
  • Hacer reposo 24-48 horas.
  • Aplicar frío para desinflamar la articulación y reducir el dolor.
  • Realizar un vendaje compresivo.
  • Mantener la pierna elevada para facilitar el drenaje del líquido sinovial.

Si se realiza tratamiento quirúrgico, posteriormente la Fisioterapia será necesaria para recuperar la movilidad perdida, volver a establecer el tono muscular y recuperar la estabilidad y la propiocepción de la articulación.

En el caso de optar por el tratamiento conservador, debemos ser conscientes que el menisco no se repara, no se regenera por sí solo. Eso sí, hay muchas personas que realizan vida normal sin presentar ninguna molestia o incluso desconocen que tienen el menisco roto.

El tratamiento de Fisioterapia adecuándonos a cada paciente y teniendo en cuenta si se le ha intervenido quirúrgicamente, consistirá fundamentalmente en:
  • Terapia manual para reducir el dolor.
  • Drenaje para evacuar el líquido inflamatorio.
  • Técnicas articulares para ganar movimiento.
  • Ejercicios para aumentar la fuerza muscular.

Ejercicios rehabilitación

 



Ejercicios propioceptivos para mejorar el equilibrio y la conciencia corporal.
 

 

 Reeducación de la marcha y/o la actividad.




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